miércoles, 15 de enero de 2014

Se rebasó la cifra de 400 partículas por millón (400 ppm) de dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera

LOS NIVELES DE CO2 SUPERAN LOS 400 PPM Y EL SALTO DE LA HUMANIDAD HACIA LO DESCONOCIDO
por Renán Vega Cantor

La peor noticia de 2013


“No sobrevive la especie más fuerte, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta”.

Charles Darwin.


“Nos reunimos con el peso de dos realidades sombrías: somos los primeros humanos que respiran 400 partes por millón de CO2 con cada inspiración (...) lo segundo es el devastador impacto del Tifón Haiyan”.

Christiana Figueres, Secretaria General de la Convención Marco de las Naciones Unidas. Palabras pronunciadas en la inauguración de la XIX Cumbre del Clima, reunida en Varsovia.

El jueves 9 de mayo de 2013 ha sido una fecha trágica para el presente y el futuro inmediato de la humanidad, porque ese día se rebasó la cifra de 400 partículas por millón (400 ppm) de dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera, lo que constituye, sin exageración alguna, un salto hacia lo desconocido, a un punto de no retorno, porque el fatídico jueves mencionado se ha consumado una alteración de los grandes equilibrios climáticos y ecosistémicos del planeta, de un alcance negativo verdaderamente imprevisible. Como lo ha dicho el climatólogo Ralph Keeling: “Se siente como si estuviéramos en el paso entre el pasado y el futuro. Estos hitos son como el cambio de milenio. Sabes que vas a llegar ahí, pero siempre lo ves lejano, en el futuro. Y ahora, aquí estamos, transitando a una nueva era”.

Este lamentable acontecimiento no recibió ninguna cobertura mediática, como si fuera una simple anécdota. Aunque no se le haya dado el despliegue que amerita, rebasar la cifra de 400 ppm constituye un acontecimiento de las mismas proporciones que el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, con lo que se abrió el camino a la proliferación nuclear y a la posibilidad de destruir el mundo no una sino varias veces. Los dos hechos marcan un punto crítico, en el verdadero sentido de la palabra, en la historia del género humano, lo que amerita hacer unas breves consideraciones respecto a lo registrado en el reciente mes de mayo.

La noticia y su significado

En la isla de Hawái existe desde 1958 una estación de monitoreo que registra en forma permanente el nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. En el año mencionado el científico estadounidense Charles David Keeling comenzó a medir el dióxido de carbono en el monte Mauna Loa, en un lugar que se encuentra localizado a miles de kilómetros de las grandes ciudades. La medición que se ha llevado a cabo en forma meticulosa desde entonces se registra en lo que se conoce como la “curva Keeling”, en la que se indica que desde 1958 los niveles de CO2 han aumentado año tras año. Mientras que en 1958 el CO2 estaba en 316 ppm, se llegó a la fatídica cifra de 400 ppm este año, lo que se explica por un incremento sostenido desde la década de 1950 hasta el presente, cuando paso de un crecimiento anual de 0.7 ppm a 2.1 ppm en los últimos 10 años.

Estas cifras adquieren más sentido si se recuerda que antes de la era industrial los niveles de CO2 rondaban la cifra de 280 ppm. Lo que resulta significativo estriba en que durante varios millones de años los niveles del CO2 jamás alcanzaron 300 ppm y en la actualidad están aumentando 75 veces más rápido que en el tiempo preindustrial. Además, el CO2 es el principal gas de efecto invernadero (GEI) y en la medida en que se incrementa su acumulación en la atmósfera calienta la tierra y modifica el complejo sistema climático del planeta.

Tan significativo es el dato de 400 ppm que la última vez que se alcanzó esta concentración de CO2 fue hace unos tres millones de años, cuando el clima de la tierra era más cálido y nuestros antepasados ni siquiera existían, si se recuerda que la especie Homo sapiens sapiens apareció hace sólo 200 mil años. En ese momento, en el Ártico no había hielo, Groenlandia estaba poblada por bosques y el nivel del mar se encontraba entre 20 y 30 metros por encima de su nivel actual.

En pocas palabras, el capitalismo en contra de lo que se cree -que es el mejor de los mundos posibles y se encuentra en una fase posmoderna- ha creado un ambiente prehistórico, en el cual la especie humana enfrenta riesgos enormes y catastróficos, porque como lo ha dicho James Hansen, el científico de la NASA que advirtió hace dos décadas sobre la necesidad de estabilizar las emisiones de CO2: "Si la humanidad desea preservar un planeta similar a aquel en el que las civilizaciones se desarrollaron y al que la vida en la Tierra está adaptada, debemos de reducir las emisiones hasta un máximo de 350 partes por millón".

Causas

Si bien es cierto que desde mediados del siglo XVIII, cuando se inició la Revolución Industrial, se ha presentado un incremento de CO2, asociado al uso del carbón al principio, en el último medio siglo ese aumento ha rebasado las cifras históricas conocidas, lo que coincide con la expansión mundial del capitalismo y del imperialismo, que viene acompañado de un estilo de producción y consumo que se basa en el petróleo, el automóvil y el despilfarro energético a vasta escala, para beneficio de una porción reducida de la población en cada país y a nivel planetario. Porque los GEI provienen de quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), de talar y quemar bosques y madera, de la agricultura a gran escala y del consumo de carne, entre las razones principales.

Aunque están claramente establecidas las causas del trastorno climático y los responsables –en primer lugar los países imperialistas, encabezados por Estados Unidos, y las grandes compañías multinacionales-, nada indica que en la actualidad vaya a cesar el consumo desaforado de energías fósiles, ni que se reduzca la deforestación, o el consumo de carne. Por el contrario, y como aquel suicida que se encuentra al borde del precipicio y acelera la carrera para llegar más rápido al vacío, el capitalismo incentiva la producción y consumo de automóviles, aviones, barcos trasatlánticos, computadores, celulares y todo tipo de objetos innecesarios, que requieren que se extraigan más petróleo, minerales y materia de lo profundo de la tierra y de los mares. Por eso, incluso ahora en forma absolutamente irracional acude a técnicas terriblemente destructoras y contaminantes como la de la fractura hidráulica (fracking), para sacar hasta la última gota de petróleo donde quiera que se encuentre, sin medir en las consecuencias que eso pueda tener sobre las reservas de agua y los ecosistemas.

En suma, nada indica que el ritmo del crecimiento económico se detenga en el capitalismo, lo cual significa que los 400 ppm van a ser rebasados rápidamente en los próximos años, hasta alcanzar los 450 ppm o más, con la alteración climática que eso conlleva, que puede elevar las temperaturas hasta más allá de los 4 grados centígrados, lo que podría considerarse el verdadero Armagedón climático.

Consecuencias

Todo lo que se ha venido comentando se manifiesta en forma concreta y dramática en todos los fenómenos de trastorno climático que hemos venido viviendo en Colombia y en el resto del mundo en los últimos años. Entre esos fenómenos sobresalen grandes inundaciones, sequía y aridez, incremento en el número y potencia de huracanes, ciclones, tornados y tifones, pérdida de cosechas, escasez de agua, destrucción de ecosistemas, extinción de especies y reducción de la biodiversidad. Todo esto, desde luego, viene acompañado de la muerte de miles de personas, generalmente los más pobres entre los pobres.

Para solo mencionar un ejemplo, los científicos han establecido que los 360 ppm de CO2 es el límite de sobrevivencia de los arrecifes de coral, lo que indica que estos sistemas van a desaparecer en las próximas décadas, puesto que la temperatura de los océanos ha aumentado en 0.67 grados centígrados en el último siglo, lo cual blanquea los corales debido a la muerte de las algas fotosintéticas que les proporcionan energía.

Por ello, la cifra nefasta de los 400 ppm es inquietante para los habitantes de las islas y comunidades costeras de baja altitud que viven en carne propia lo que es el trastorno climático, ya que soportan el aumento del nivel del mar, los ciclones y la reducción del manglar.

De la misma forma, el trastorno climático ya tiene un efecto negativo en los suministros alimenticios, por el aumento de las sequías en algunos lugares y de las inundaciones en otros. Al respecto, algunos estudios recientes han comprobado que la sequía en Somalia en el 2011, en la que murieron unas 100 mil personas, ha sido resultado del calentamiento global.

Como para que no queden dudas de lo que significa el brutal trastorno climático y sus efectos devastadores solo basta recordar lo sucedido en Filipinas en noviembre, cuando un tifón de magnitud cinco –la máxima alcanzada-, que fue bautizado con el nombre de Haiyan, arrasó con todo lo que encontró a su paso, murieron diez mil personas, en su mayoría pobres, y dejo a otros miles en la miseria.

¿Qué nos espera?

El oceanógrafo Ralph Keeling declaró que "las 400 partículas por millón deberían servir para hacernos despertar" y "todos deberíamos apoyar en este punto la transición a las energías limpias para reducir las emisiones de gases invernadero, antes de que sea demasiado tarde para nuestros hijos y nuestros nietos". Ojalá fuera así, porque ahora el asunto es, literalmente hablando, de vida o muerte, algo así como el réquiem para una especie por culpa de un sistema, el capitalismo.

Esto indica que en estos momentos es más necesaria que nunca una lucha frontal contra el capitalismo, en el que se conjugue un programa social con otro de tipo ambiental. Los dos, ante la trágica noticia comentada en esta nota, no pueden disociarse, porque el anticapitalismo de nuestros días precisa, urge, detener el vuelco climático, y eso solo puede conseguirse con un proyecto ecosocialista que abandone el modelo energívoro del capitalismo, impulse energías renovables y proponga otro modo de producción y de vida. Porque ahora si es más claro que nunca que necesitamos otra organización social radicalmente distinta, porque la que conocemos no lleva inexorablemente al desastre.

Renán Vega Cantor es historiador. Profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional, de Bogotá, Colombia.
Fuente: Rebelión




sábado, 4 de enero de 2014

Caral, ciudad ancestral de Abya Yala

Caral en Perú: la ciudad más antigua de América festeja sus nuevos hallazgos

Esta civilización se formó hace 5000 años igual que la Sumeria en Mesopotamia, Arappa en India y China

Por Anastasia Gubin - La Gran Época


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http://youtu.be/eyc91NefjrE

En una zona desértica al norte de Lima, entre el valle del río Supe y la costa de Perú hace 5.000 años reinaba la esplendorosa civilización Caral, cuyos restos urbanos con numerosas pirámides, descubiertos hace 19 años, son considerados pertenecientes a la ciudad más antigua descubierta en América.

Entre el 8 y 9 de noviembre fue su aniversario, y la responsable del área arqueológica, Ruth Shady, junto con las autoridades de Gobierno aprovecharon la ocasión para mostrar al público sus últimos descubrimientos y destacaron que esta sociedad se formó casi en simultáneo con las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, China e India”, informó el Gobierno. (Ver galería)

La civilización Caral en Sudamérica, en el centro de Perú, se desarrolló casi en total aislamiento, adelantada por más de 1.000 años a la civilización Olmeca de Centro América.

El equipo de arqueología destacó el descubrimiento de un sendero, al que denominaron “integración social”, que une la parte nuclear de la ciudad, con las estructuras y viviendas periféricas, donde vivía la gente más humilde.

“Se trataba de una vía de uso compartido entre los habitantes del extenso sector de residencias menores y los conductores de los imponentes edificios monumentales del área nuclear de la ciudad, que favorecía la interacción e integración social entre los mismos”, destacaron los arqueólogos en el informe del Gobierno.

Los arqueólogos creen que por estar ubicada en el extremo noroeste de la Ciudad de Caral, fue destinada al desplazamiento de los agricultores y estaba conformada por una alineación de edificios en sus costados.

En la parte alta de la zona nuclear, estaban las construcciones públicas y residenciales más grandes de la ciudad: siete edificios monumentales, dos plazas circulares hundidas, dos espacios de congregación colectiva, unidades residenciales de los funcionarios, así como un extenso conjunto residencial de especialistas y servidores. (Vista a pirámides) (Pirámide menor)

A su vez en la zona más baja, se descubrió este año un edificio público, similar a los mayores del centro, pero de menores dimensiones. De ahí partían los otros edificios monumentales menores hasta llegar a la parte nuclear.

La mitad baja, tenía un complejo arquitectónico del Anfiteatro, el edificio del Altar Circular y un conjunto residencial, de menor extensión.

Según el reporte, la zona de la periferia, contenía residencias agrupadas y distribuidas, a modo de archipiélago, a lo largo de la terraza aluvial que colinda con el valle.

Desarrollo de la civilización Caral

La Ciudad de Caral es considerada y reconocida como el testimonio de una de las más grandes civilizaciones, la más antigua de América, declarada Patrimonio Mundial en el año 2009 por la UNESCO y para los investigadores peruanos, alcanzó un impresionante desarrollo y alto nivel cultural y científico.

Caral ”se reveló francamente extraordinaria: por la dimensión espectacular de sus construcciones, por la belleza de su plan urbanístico, por sus avances tecnológicos que permitieron una técnica de construcción antisísmica cuya concepción supera la tecnología actual”, dice un mensaje de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), difundido por el Gobierno de Perú.

En las construcciones piramidales los arqueólogos postulan que utilizaron conocimientos de aritmética y geometría en el diseño y en la ejecución arquitectónica.

Además los caraleños usaron estudios astronómicos en la medición del tiempo y la predicción del clima; y un sistema codificado en el registro de la información.

El desarrollo agrícola fue notable y les permitió producirsemillas de algodón de varios colores, apreciado internacionalmente.

En la ciudad se observa una ausencia de fortificaciones, las cuales caracterizaron a las demás civilizaciones conocidas.

Se cree que la civilización “Caral fue venerada por los pueblos originarios que desarrollaron alcances tales como la lengua quichua cuyas formas pre-quichuas ya estaban presentes”, dice el mensaje de ALAS.

Se estima que fue la “madre de la fantástica colonización de todo un continente, Caral se convierte a su vez en un símbolo de nuestra identidad histórica”, dice ALAS.

Es “una de las primeras civilizaciones que crearía la Humanidad contemporánea”, agrega ALAS y “un orgullo para los peruanos; que nos obliga a conocer y tomar conciencia de la responsabilidad de preservar la valiosa herencia que hemos recibido de nuestros antepasados”, según el Gobierno.

El sector arqueológico incluye los asentamientos Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, Era de Pando, Pueblo Nuevo, El Molino, Áspero, Vichama y Piedra Parada.

En cada uno de los asentamientos se recuperaroninstrumentos que fueron usados en actividades cotidianas, como la preparación y consumo de alimentos. Las ofrendas en cambio, algunas como "el ojo de Dios" ( ver imagen) son similares a as contemporáneas de Amazonas, o aquellas de los Mapuche en el sur de Chile.

“El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron mates como contenedores, botellas, tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos”, destacan los arqueólogos.

Al igual que en las sociedades más tardías, los estudios reportan que se organizaban grandes festines y banquetes por parte de la clase gobernante.

Para Caral las acciones de la vida social, en la política, religión, economía y ciencia, estaban relacionadas entre sí, señalan los antropólogos, y “los líderes religiosos eran, a la vez, líderes políticos especializados en astronomía o medicina, entre otros campos”.

Se cree que esta sociedad tuvo una cosmovisión del mundo en armonía con la preservación del medio geográfico y sus recursos y el espacio sideral.

Su economía era de intercambio agrícola-pesquero. Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron principalmente la anchoveta, choros y machas, y los agricultores del valle produjeron algodón, mates y especies alimenticias como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, maíz, etc.

En el período tardío de Caral, (2100 a. C. a 1800 a. C.), los edificios fueron remodelados usando piedras más pequeñas que en períodos anteriores. Algunas estructuras de la ciudad fueron enterradas y la ciudad finalmente es abandonada.

La música

La música formó parte importante de su cultura, algo perdura en las sociedades andinas de hoy. Se recuperaron tres conjuntos musicales, conformados por instrumentos de viento. La práctica musical era colectiva e incluía caracoles, como instrumentos de percusión. (Flautas encontradas)

La música era incluida en las actividades religiosas y sociales a cargo de grupos especializados en esta elaborada expresión artística.

Otros descubrimientos

Entre otros descubrimientos de este año 2013, se destaca el hallazgo de “una figura de un personaje con rasgos felinos en una actitud vigilante y amenazante”, en el sitio arqueológico de Piedra Parada, según el arqueólogo Gustavo Espinoza, de acuerdo al reporte de abril.

Se cree que fue fabricada en barro no cocido, y modelada manualmente con detalles acabados con la ayuda de un objeto menor. Originalmente llevaba colores verde, rojo, rosado, negro y blanco, logrados con pigmentos. El personaje llevaba la cara roja y el cuerpo verde, y estaba trepado en un tronco blanco.

El objeto se encontró en un depósito de unos de los edificios (A-5), que contenía ceniza, cuarzo, “y allí, el arqueólogo Luis Fernández hizo el registro de la figura con todos sus materiales asociados”, dice el reporte.

“El contexto arqueológico del objeto, en este caso las cenizas y los cuarzos, indican que la figura fue cuidadosamente depositada. Probablemente formó parte de un “ritual o una ceremonia” de enterramiento. Esta actividad era típica cuando construían una nueva edificación sobre una anterior”, señala Gustavo Espinoza.

Con motivo del último aniversario de Caral, en noviembre, en un acto multitudinario se inauguró el Museo Comunitario de Supe y la presentación de la ciudad iluminada.

MAS: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/caral.htm

http://www.lagranepoca.com/30030-caral-peru-ciudad-mas-antigua-america-festeja-sus-nuevos-hallazgos