miércoles, 22 de febrero de 2017

Alimentos contaminados producen millones de muertes al año


ROMA, 14 feb 2017 (IPS) - Parecería la versión moderna y sin fin de las siete plagas de Egipto: vacas locas, gripe aviar, pescado contaminado con plomo, gripe porcina y langosta del desierto, la más peligrosa de las plagas migratorias, por no mencionar a la roya agresiva, que pone en riesgo a los cultivos de trigo en tres continentes. Pero hay más.

La contaminación de alimentos, que puede ocurrir en cualquier momento de la producción o de la comercialización, enferma a una de cada 10 personas en el mundo, unas 700 millones al año, y deja a 420.000 muertas.

Las enfermedades y las pestes que afectan a plantas y animales comprometen la disponibilidad y la higiene de los alimentos a diario, además de otras varias sustancias contaminantes, subraya la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Eso ocurre en granjas, fábricas, en los hogares, en agua salada o dulce, al aire libre y en medio de bosques densos”, alerta la FAO.

Ya sea en forma de patógeno, de insectos o de sustancias tóxicas, los riesgos se propagan ahora más rápido y más lejos, lo que dificulta la implementación de respuestas efectivas y oportunas y pone en riesgo el suministro de alimentos a la población, así como la salud y los modos de subsistencia, cuando no directamente la vida, precisa la agencia.

Más de 70 por ciento de las nuevas enfermedades de los humanos son de origen animal, y corren el riesgo de convertirse en grandes problemas de salud pública, según la FAO.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la gran mayoría de las personas sufrirá una enfermedad derivada de los alimentos consumidos en su vida, lo que subraya la importancia de asegurarse de que estos no estén contaminados con bacterias, parásitos, virus, toxinas o químicos que podrían resultar peligrosos.

“Los alimentos pueden contaminarse en cualquier punto del proceso de producción, distribución y preparación. Todo el mundo en la cadena productiva, desde el productor hasta el consumidor, es responsable de garantizar que lo que comemos no cause enfermedades”, explica.

La FAO recuerda que con el mayor número de personas, plantas y animales que viajan, también se trasladan patógenos.

“Desde las plagas que amenazan las plantas y los árboles, las enfermedades que pasan de animales a humanos, los contaminantes que afectan el agua y los suelos y los cambios drásticos en la variabilidad climática, no hay límites a los riesgos sobre la cadena alimentaria”, alerta.

Además, la FAO subraya que una tercera parte de la producción global de cultivos se pierde cada año a causa de insectos o enfermedades de plantas que pueden propagarse por varios países o de un continente a otro.

Causas de las amenazas que pesan sobre la cadena alimentaria

Varios factores inciden en los peligros que acechan a la cadena alimentaria, como la agricultura intensiva, la deforestación, el sobrepastoreo y el cambio climático.

Además, los conflictos, los disturbios y el comercio globalizado aumentan la probabilidad de que aparezcan más amenazas, que se propagan de un país a otro y se vuelven devastadoras en los nuevos países infestados, añade la FAO.

“Los alimentos pueden contaminarse durante el procesamiento y la comercialización, y como es común que eso suceda en diferentes países, es cada vez más difícil identificar el punto de contaminación”, explica.

Para hacer frente al creciente número de enfermedades y de plagas transfronterizas que afectan a plantas y animales, la FAO publicó “Evitar los riesgos para la cadena alimentaria”, una serie de herramientas y métodos de prevención de emergencia.

El documento muestra cómo la prevención, las alertas tempranas, la preparación, la buena gestión de la cadena alimentaria y las buenas prácticas pueden mejorar la seguridad y la protección de la misma y así salvar vidas y modos de sustento.

“Proteger la cadena alimentaria se volvió cada vez más difícil en un mundo cada vez más interconectado y complejo”, precisó el director general adjunto de la FAO, Ren Wang.

“Por eso creemos que es importante que los sectores que participan en la producción de alimentos, el procesamiento y la comercialización analicen las actuales y las posibles amenazas y ofrezcan respuestas concertadas”, subrayó.


Foto: Agricultores revisan semillas de arroz en Sierra Leona. Crédito: FAO.


El papel de las nuevas tecnologías

El documento de la FAO sostiene que el enfoque multidisciplinario permite ofrecer respuestas de forma oportuna, el que incluye el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación para evitar y controlar las amenazas trasfronterizas, facilitando el intercambio de información.

Por ejemplo, en Malí, Uganda y Tanzania, los ganaderos usan EMA, una aplicación para recolectar en sus teléfonos inteligentes información sobre enfermedades animales registradas en el campo.

Los datos se envían en tiempo real al Sistema Mundial de Información sobre Enfermedades Animales (Empres-i), en la FAO, desde donde se comparte a escala nacional, regional y global, lo que facilita el análisis oportuno para ofrecer una rápida respuesta a las enfermedades desde sus inicios.

En Uganda, el sistema de vigilancia aumentó a más del doble en los últimos años el número de enfermedades denunciadas en el Centro Nacional de Epidemiología y Diagnóstico de Enfermedades Animales, lo que representa la alerta temprana que necesitan los productores de animales y agricultores para responder mejor a los brotes de enfermedades.

Las herramientas móviles también se desarrollaron para supervisar la roya del trigo, una enfermedad fúngica que destruye los cultivos sanos, lo que permitió a los funcionarios de extensión y a las instituciones de investigación intercambiar información de forma regular sobre su ocurrencia.

“La langosta del desierto, la plaga migratoria más peligrosa, suele poner en riesgo el suministro de alimentos en África y Asia, pues un enjambre de 40 millones de langostas es capaz de comer la misma cantidad de alimentos que 35.000 personas”, subraya la FAO.

Gracias al sistema eLocust3, se mejoró la vigilancia de la langosta, y ahora se usa en los 19 países más vulnerables a la plaga.

El Marco de Gestión de Crisis de la Cadena Alimentaria, de la FAO, publica una vez por mes una nueva hoja informativa para ayudar a los países miembro y a diversas instituciones a hacer frente a las amenazas trasfronterizas. Además, publica un boletín de alertas tempranas de forma trimestral.

La información y la interconexión están, queda por ver si los gobiernos y las grandes corporaciones de la alimentación y la agricultura reaccionan a las plagas y a otros males y cuándo.

- Traducido por Verónica Firme
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By Baher Kamal


Farmers inspect rice seeds in Sierra Leone. Photo: FAO

ROME, Feb 11 2017 (IPS) - It may sound like an endless tale of modern seven plagues: mad cows, avian flu, led-poisoned fish, swine fever, desert locusts being the most dangerous of migratory pests, let alone new, aggressive rust threatening entire wheat crops in three continents, just to mention a few. Now it is about contaminated food that every year causes illness to 1 in 10 people around the world – or around 700 million – killing 420,000 people as a result.


The leading United Nations body in the field of food agriculture has something to say on this. And it does: food availability and food hygiene are compromised every day by diseases and pests that plague plants and animals as well as various types of contaminants.

“This happens on farms, in factories, at home, in fresh or sea water, in the open air and in the midst of dense forests,” warns the UN Food and Agriculture Organisation (FAO).

Whether in the form of pathogen, insect or contaminant, threats are now travelling faster and further, making effective and timely responses more difficult and putting people’s food supplies, their health and livelihoods, and often their lives at greater risk, it adds.

Over 70 per cent of new diseases of humans have animal origin, with the potential of becoming major public health threats, FAO adds.


On this, another UN specialised agency, the World Health Organization (WHO), has something to add: the great majority of people will experience a foodborne disease at some point in their lives.

This highlights the importance of making sure the food we eat is not contaminated with potentially harmful bacteria, parasites, viruses, toxins and chemicals, according to WHO.

“Food can become contaminated at any point during production, distribution and preparation. Everyone along the production chain, from producer to consumer, has a role to play to ensure the food we eat does not cause diseases.”

Should this not be enough, the UN food and agriculture agency reminds that with more people, plants and animals travelling internationally, there are more pathogens moving with them.

“Pests plaguing plants and trees, diseases passing from animals to humans, pollutants compromising waters and soils, climate patterns undergoing drastic change, the threats to our food supply know no borders.”

Moreover, FAO says that a third of global crop production is lost annually due to insects and plant diseases that can spread to multiple countries and through continents.

Why All This Happens

According to the specialised agency, a number of trends are contributing to this, including certain types of intensive farming, deforestation, overgrazing and climate change.

In addition, conflicts, civil unrest and globalized trade are all increasing the likelihood of threats emerging, passing to other countries and becoming devastating in these newly infected countries, it adds.

“Food can be contaminated in the processing and marketing phases, processes that often take place in different countries making it more difficult to identify the point of contamination.”

To address the rising number of trans-boundary animal and plant pests and diseases, FAO has published “Averting risks to the food chain“, a set of proven emergency prevention methods and tools. They show how prevention, early warning, preparedness, good food chain crisis management and good practices can improve food security and safety, save lives and livelihoods.

“Keeping the food chain safe is becoming increasingly complicated in an interconnected and more complex world. That’s why we believe it’s important for sectors involved in food production, processing and marketing to watch out for current and potential threats and respond to them in a concerted manner,” said FAO Assistant Director-General Ren Wang.



A man beating a bush with a stick to show desert locusts swarming near Fada, Chad. FAO toolbox shows how prevention, early warning and preparedness can help control desert locust and other trans-boundary threats. Photo: FAO

New Technologies

FAO’s toolbox showcases how a multidisciplinary approach can enable a timely response, including how the use of new communication technologies can help to prevent and control trans-boundary threats by facilitating information exchange. See some examples:

In Mali, Uganda and Tanzania, livestock farmers are using the EMA – i app to collect animal disease information from the field on their smartphones.

The data is sent in real-time to the Global Animal Disease Information System (EMPRES-i) at FAO, where it is shared at national, regional and global levels, facilitating analysis in a timely manner in order to provide a very rapid response to attack the disease at the very early stage of birth.

In Uganda, this surveillance system more than doubled the number of livestock disease reports given to the National Animal Disease Diagnostics and Epidemiology Center in recent years, giving farmers the early warning they need to better respond to disease outbreaks.

According to FAO, mobile tools have also been developed to monitor wheat rust –a fungal disease that destroys healthy wheat crops- enabling extension workers and research institutions to regularly exchange information on occurrences of the disease.

“Desert locusts, the most dangerous of migratory pests, often threaten food supplies in Africa and Asia -a swarm of 40 million locusts can eat the same amount of food as about 35,000 people. Thanks to the eLocust3 system, locust monitoring has been improved and is now used in the 19 countries most vulnerable to infestations.”

Every month the FAO Food Chain Crisis Management Framework makes available a new information sheet to support member countries and institutions in the global governance of trans-boundary threats to the food chain. And every quarter early warning bulletins on current threats are issued.

Good to know, but…. will governments and big agriculture and food chains react to this plague? And when?

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